Existen pedagogos y psicólogos que insisten en la
importancia de la música y su inclusión en la educación lo más pronto posible,
tales como, Froebel, Decroly, Maria Montessori o las hermanas Agazzi.
El sonido y la música son innatos al hombre y se presentan
en los primeros meses de vida por lo que es necesario iniciar la educación
musical en edades tempranas. En la actualidad gracias a los avances científicos
y tecnologicos sabemos que el feto oye, reacciona al sonido y aprende de él.
También se tiene conciencia de que el odio es el primer órgano sensorial que se
desarrolla en el útero. Según Campbell, el oído tiene un enorme efecto
en el desarrollo físico del cuerpo, influye en el equilibrio y la flexibilidad
del movimiento. Este autor considera que los niños deben escuchar música
incluso antes de su nacimiento.
¿No es esto motivo
para darse cuenta de que la vida es sonido, es decir, la vida es música en sí
misma?
El sistema auditivo empieza a funcionar de tres a cuatro
meses antes del nacimiento, entre las semanas 28 y 30 de la gestación, el feto
comienza a reaccionar a los sonidos exteriores mediante cambios en el ritmo cardíaco y el comportamiento. Estudios determinan que diferentes sonidos pueden
afectar a la estructura y funcionamiento del sistema auditivo del feto, que los
niños se familiarizan con sonidos antes del puerperio. Por tanto, el feto
humano es capaz de aprender en un grado que puede influir en su comportamiento
después de nacer.
En el mundo sonoro en que vivimos, la música esta presente
en la vida del bebe desde el comienzo y la educación musical puede iniciarse en
el seno materno si la madre canta o escucha música. Hasta hace pocos años era
habitual que padres, abueelos y cuidadores cantasen al bebe en los ratos de
juego, mientras los alimentaban, les cambiaban los pañales, los bañaban o
cuando los llevaban en el coche; eran, generalmente, canciones de juego,
populares o nanas. Como advierten Santiago y Miras, esta práctica esta
cada vez mas en desuso, debido entre
otros motivos al escaso tiempo que los bebes permanecen con las madres,
por las demandas laborales, y al creciente anticipo de la edad de entrada a la
guardería.
Los primeros estímulos musical deben recibirse en casa, a
través de canciones populares, de cuna, retahílas, juegos rítmicos o
audiciones, ha de intentarse que el entorno familiar sea el primer educador.
Después, el centro de educación infantil será el encargado de continuar y
aumentar sus experiencias sonoras.
¿Qué aporta la música a los bebes y a los niños del primer
ciclo de Educación Infantil?
En opinión de Campbell “Las cualidades rítmicas de las
canciones de cuna e infantiles y de los juegos sencillos inyectan el sentido
del tiempo en los músculos y la mente del bebe, un ritmo que lleva a mayor
coordinación, equilibrio, percepción corporal, fuerza, agilidad física y, por
último, el sentido de la previsión y la capacidad de planear de antemano”.
Respecto a la contribución al desarrollo físico y psicomotor, el mismo autor
considera que “hacerle escuchar música sin letra favorecerá su musicalidad en
el desarrollo, mientras que cantarle canciones sienta los cimientos de la
capacidad lingüística, y más adelante, la de leer, hablar y expresarse”.
Contribución de la música al desarrollo de la
inteligencia.
La educación musical tiene una capacidad para la formación
integral del individuo, dada su excelente contribución a la educación
intelectual, corporal y emocional.
Calvo y Bernal señalan que la música ha servido al
hombre desde el comienzo de su historia para expresarse y comunicarse. La
música es un lenguaje universal, compuesto por un alto grado de expresividad,
por lo que, además el niño pequeño supone una fuente de energía, actividad y
movimiento. Para Calvo y Bernal la música no es solo para los que poseen
dotaciones musicales o unas condiciones económicas superiores, sino que tiene
un lugar importante en la educación general por su alto valor educativo. Consideran que los componentes de la música
no solo enriquecen, reconfortan y alegran tanto al oyente como al compositor,
sino que desarrollan principales facultades humanas, como la voluntad, la
sensibilidad, la imaginación creadora y la inteligencia. Por otro lado, la
educación musical aumenta el nivel académico de los alumnos. Cuando en los
primeros años se recibe una formación rítmica correcta, los niños plantean
menos problemas en el aprendizaje de la lecto-escritura.
El lugar de la música en la educación especial es cada vez
mayor y cada vez se acude mas a técnicas de musicoterapia para corregir
problemas como el retraso del desarrollo motor, la mala tonicidad muscular, la
hiperactividad y los trastornos en los
procesos sensoriales. Se han observadora grandes mejorías en el caso de niños
autistas, gracias a los beneficios de la música, la entonación y el ritmo.
Efectivamente, las actividades musicales continuadas en
grupo que incluyen el canto favorecen el desarrollo motor, la capacidad
lingüística, el pensamiento conceptual abstracto, las habilidades sociales y la
creatividad de los niños.
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