martes, 14 de mayo de 2013

Aplicación de la Musicoterapia en la Educación Especial




Fuente: Google

La Educación Especial y la Musicoterapia guardan una estrecha relación, sobre todo terapéutica para los alumnos con necesidades educativas especiales. Integrar en las clases de música una metodología dinámica tiene ciertas dificultades para alumnos con discapacidades sensoriales o mentales. 




Los puntos de unión entre Musicoterapia y educación musical están en la metodología utilizada (activa, vivencial, participativa) y en la utilización de los mismos elementos musicales (sonido, ritmo, melodía) y medios sonoros (cuerpo, objetos, instrumentos).  Las diferencias se encuentran en las metas a conseguir. Por ejemplo, mientras para la educación musical el objetivo final es la música en sí misma, su conocimiento y disfrute, en la Musicoterapia la música no es un fin sino un instrumentos, un medio. 

Lo importante en Musicoterapia es el proceso que sigue el alumno, lo que pone en juego mientras canta o toca; el resultado no importa tanto: lo que se pretende no es que llegue a afinar de forma más precisa la canción que enseñamos, sino que valoramos aquello que siente y expresa cuando intenta cantar, el esfuerzo de atención, dicción y control que realiza al usar su voz y la satisfacción que le produce compartir una actividad musical con el grupo.


Los recursos que utiliza la Musicoterapia son los objetos, el cuerpo, la voz y los instrumentos, cuando nos referimos al método activo. La escucha de sonidos ambientales y la audición musical, que tienen un sentido más bien receptivo, también se usan en Musicoterapia, pero de forma participativa.
La Musicoterapia es un proceso sistemático de intervención; es sistemática porque va dirigida a un objeto o meta organizada y regular, más que a una serie de experiencias sin planear, elegidas al azar. Sus tres componentes principales son valoración, tratamiento y evaluación. Según Bruscia, la Musicoterapia es un proceso que tiene lugar en el tiempo; requiere la implicación tanto de la música como del terapeuta.

La Musicoterapia utiliza la participación activa del alumno para conseguir romper sus bloques de comunicación. Crea un estímulo que busca una respuesta. La Musicoterapia pone a la persona en contacto con sus dificultades y le ayuda a deshacer los nudos; por otro lado también busca relacionarse con su parte sana y hacerla aflorar; de esta manera el paciente siente que está mostrando lo mejor de él mismo.

Los objetivos que se plantea la Musicoterapia con alumnos de Educación Especial son principalmente mejorar la afectividad, la conducta, la perceptivomotricidad, la personalidad y la comunicación. Dado que la música actúa sobre el sistema neuromuscular, podemos mejorar algunas funciones psicofisiológicas como el ritmo respiratorio y cardíaco; podemos ayudar a restablecer los ritmos biológicos y a adquirir un mejor control emocional.

Fuente: 
Benenzon, R.O. (1992) Manual de Musicoterapia. Colaboradoras: Violeta de Gainza. GAbriel Wagner. Buenos Aires: Lumen. 

Bruscia, K.E. (1997). Definiendo Musicoterapia. Salamanca: Amarú Ediciones. Col. Música, arte y proceso.

Lacárcel Moreno, J. (1995). Muscioterapia en educación especial. Murcia: Servicio de Publicaciones de Murcia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario